Este post fue escrito por Gabe Halperin-Goldstein, Unidad de Respuesta a los Opioides
A finales de 2019, antes de que COVID-19 cambiara nuestras vidas, la Ciudad estaba terminando el Proyecto de Resiliencia de Filadelfia, un esfuerzo de dos años para combatir la crisis de opioides en Filadelfia. A través de este esfuerzo, 35 oficinas de la Ciudad participaron en una respuesta de emergencia conjunta a la epidemia, centrándose en las necesidades más urgentes y los barrios críticos, incluyendo Kensington y sus alrededores.
Aunque la respuesta del programa Resiliencia finalizó en diciembre de 2019, el trabajo no lo hizo. Poco después, la ciudad comenzó la Unidad de Respuesta a los Opioides (ORU) para continuar el trabajo y garantizar que la lucha contra la respuesta a la crisis de los opioides siguiera siendo una prioridad de la ciudad. En la actualidad, la ORU se centra en las estrategias de respuesta a los opioides en toda la ciudad, en las intervenciones específicas en los puntos críticos de sobredosis de opioides y en la coordinación de los recursos de la ciudad en todos los departamentos. Más de un año después de su puesta en marcha, la ORU está respondiendo urgentemente a nuevos retos que nadie podría haber previsto.
Para trazar ese curso, la ciudad ha publicado el Plan de Acción de Respuesta a los Opioides 2021 de Filadelfia (“Philadelphia Opioid Response 2021 Action Plan”) que informa a los habitantes de Filadelfia sobre los esfuerzos de la administración para hacer frente a la crisis de los opioides, incluyendo:
- Una descripción de la ORU.
- Tendencias en el consumo de sustancias.
- Progresos realizados en 2020, incluidas las lecciones aprendidas durante la pandemia de Covid-19.
- Objetivos para 2021 y más allá.
Las tendencias del informe confirman lo que venimos escuchando desde hace meses: 2020 ha sido un año difícil. Ha sido duro para las personas con trastorno por consumo de sustancias, duro para sus amigos y familias, y duro para las comunidades afectadas.
El informe demuestra otra verdad que ya conocíamos: los habitantes de Filadelfia siempre encuentran la manera de ayudarse unos a otros. Mientras tres crisis de salud pública diferentes como los opioides, el COVID-19 y la violencia con armas de fuego ocurren al mismo tiempo, los residentes de las zonas más afectadas por el consumo de sustancias han dado un paso adelante para mantenerse mutuamente a salvo.
No hay soluciones rápidas para estos problemas. Pero la ORU está comprometida a aliviar la carga de los opioides y otras sustancias en las comunidades, sin importar el tiempo que se requiera.
¿Qué es la ORU?
La ORU reúne a líderes de diferentes departamentos de la ciudad para abordar la crisis de los opioides en Filadelfia. Garantiza que todos trabajen juntos con la misma estrategia y compartan recursos y experiencia. El equipo de ORU comenzó a reunirse regularmente en febrero de 2020 para aprovechar el trabajo que el Proyecto de Resiliencia había comenzado.
La misión de la ORU es salvar vidas y promover la recuperación de las comunidades mediante la prevención y el tratamiento del trastorno por consumo de sustancias opioides, y romper el ciclo de la carga de los opioides en las comunidades.
Para lograr esta misión, la ORU se guía por un plan de cinco años para
- Utilizar un enfoque basado en datos sobre las causas fundamentales.
- Colaborar con las comunidades.
- Movilizar estratégicamente los recursos.
Hay cuatro grupos estratégicos que se reparten esta responsabilidad:
- Apoyo a la comunidad.
- Prevención.
- Seguridad pública.
- Tratamiento.
Últimas tendencias
El informe muestra algunas de las últimas tendencias de las sobredosis de drogas en Filadelfia. Estas tendencias destacan el creciente impacto de las sobredosis de drogas desde la orden de permanencia en marzo, y el aumento del peso de las sobredosis en las comunidades negras y latinas. En 2020, Filadelfia fue testigo de:
- El mayor número de sobredosis mortales en un año desde que la Ciudad comenzó a contabilizar.
- Un aumento de las sobredosis entre los negros y
- Un incremento en las áreas geográficas de las sobredosis fatales, incluyendo un incremento en el norte y el oeste de Filadelfia.
- Un alto porcentaje de sobredosis que ocurren en una residencia personal.
Los expertos en salud pública han identificado varias razones posibles para estas tendencias. La pandemia de COVID-19 ha provocado niveles extremos de desempleo y aislamiento social. También ha reducido el acceso a los tratamientos de salud mental.
Además, el Fentanyl o fentanilo se encuentra cada vez más en nuevas fuentes de drogas, como la cocaína y la metanfetamina. El Fentanyl es un opioide sintético 50 veces más potente que la morfina.
Equidad racial
La “guerra contra las drogas” se refiere a un modelo policial agresivo de posesión de drogas utilizado en los barrios negros y latinos a partir de la década de 1980. Su legado, junto con el racismo sistémico, sentó las bases para las desigualdades raciales que la ORU está abordando hoy en día.
Esto ha tenido un impacto inmenso en las comunidades negras y latinas, incluyendo el aumento del encarcelamiento, menos oportunidades económicas, menor acceso a la vivienda como resultado de la criminalización de la posesión, el uso y la venta de drogas, incluso de pequeñas cantidades. Algunas de las vías clave en las que trabaja ORU para abordar las necesidades específicas de estas comunidades son:
- Apoyo a las organizaciones comunitarias que promueven la disminución en el consumo de drogas en los barrios en los que predominan los negros, los indígenas y la gente de color.
- Educación pública accesible sobre los riesgos del consumo de drogas y las precauciones de seguridad eficaces
- Establecimiento de relaciones con comités comunitarios en los barrios afectados.
- Evitar que las personas detenidas por delitos menores entren en el sistema de justicia penal.
Estos cambios son sólo el comienzo de un esfuerzo continuo para abordar la desigualdad racial en los esfuerzos de respuesta.
Lecciones aprendidas del COVID-19
La epidemia de Covid-19 exigió nuevas soluciones para nuestra forma de vivir y trabajar juntos. Algunas de las medidas que hemos adoptado ante el virus Covid-19 también ayudarán a nuestros esfuerzos para combatir la epidemia de opioides. Algunos de los principales ajustes son:
- Comidas de emergencia y pruebas de Covid-19 para las comunidades afectadas por los opioides.
- Formaciones virtuales de prevención de sobredosis, grupos de apoyo colectivo y reuniones comunitarias.
- Innovaciones a la “telesalud”, tratamiento virtual de la salud conductual.
- Ampliación de los servicios de sanidad de la ciudad.
Estos ajustes no habrían sido posibles sin el duro trabajo de las organizaciones sin ánimo de lucro, las organizaciones comunitarias y los departamentos de la ciudad, que han ido más allá de sus responsabilidades normales.
El año que viene
Las terribles condiciones de la epidemia de opioides exigen una respuesta continua. Cada grupo estratégico ha establecido objetivos para el 2021 con el fin de reducir las sobredosis y mejorar la calidad de vida. Algunos objetivos notables son:
- Una campaña de concienciación pública en varias fases titulada “Fentanilo en todo” destinada a informar al público de que el fentanilo se está encontrando en todas las drogas de la calle.
- El lanzamiento del Fondo de Resiliencia de la Comunidad de Kensington, un proyecto impulsado por la comunidad para distribuir ayudas de filántropos a organizaciones sin ánimo de lucro de Kensington.
- La apertura del Distrito Policial de Kensington.
Reto para el futuro
Cuando la ORU se puso en marcha, contaba con una gran ventaja: casi tres años de experiencia del Proyecto de Resiliencia en los que basarse. Entonces, ¿cuál es el reto? La falta de financiación debida a Covid-19 ha impedido la ampliación de estos programas fundamentados en datos y evidencias.
El objetivo estratégico de ORU de “ampliar las viviendas de apoyo permanentes” es el ejemplo más notable de ello. Los datos indican que es poco probable que las personas con una vivienda estable vuelvan a quedarse sin hogar, y es más probable que se recuperen del trastorno por consumo de sustancias. Esto significa que las ayudas a la vivienda, como las viviendas de entrada con pocas barreras, los modelos de “Housing First” y el acercamiento diario a los lugares donde ya viven los residentes sin techo, reducen los gastos y apoyan a las comunidades cercanas. Pero sin los fondos necesarios, la ORU no ha encontrado la forma de implementar estos apoyos de vivienda a gran escala.
Otros programas, como el de Desvío Asistido por la Policía y el Proyecto de Mejora de la Vida Comunitaria (CLIP), se enfrentan a retos similares relacionados con el presupuesto.
De cara al futuro
Los habitantes de Filadelfia han demostrado una notable capacidad de recuperación frente a las pérdidas, el aislamiento y las dificultades económicas durante el año 2020. La ORU sigue comprometida con su plan quinquenal e invita a los residentes a que se acerquen si quieren participar.
Se puede contactar con la directora de ORU, Noelle Foizen, a través de Noelle.Foizen@phila.gov.