El alcalde Kenney se dirige a los residentes de Filadelfia sobre el Presupuesto Revisado del Año Fiscal 2021

FILADELFIA – El alcalde Jim Kenney se dirigió a los habitantes de Filadelfia a través de un discurso grabado sobre el presupuesto revisado para el año fiscal 2021 y el plan quinquenal entregado al Ayuntamiento.

“Este presupuesto reduce los servicios de la Ciudad a los más esenciales, impone despidos a cientos de trabajadores y reduce o elimina algunos programas que simplemente ya no son asequibles”, dijo el alcalde en el discurso. “Creamos este plan de gastos estableciendo prioridades claras: mantener a todos los habitantes de Filadelfia seguros, saludables y con acceso a la educación mientras mantenemos los servicios municipales centrales en los que nuestros residentes confían diariamente”.

El vídeo puede ser visto aquí. Los medios de comunicación que requieran una copia en formato mp4 pueden enviar un correo electrónico a press@phila.gov. El texto completo del discurso está abajo:

Hola.

Durante casi treinta años, he tenido el honor de servirle a los residentes de Filadelfia.

Primero, como miembro general del Ayuntamiento y después, durante los últimos cuatro años y medio, como su alcalde.

Mis años en el gobierno a menudo han sido desafiantes, pero siempre han sido gratificantes.

Pero puedo decir con certeza que nunca he enfrentado un período tan difícil — de hecho, tan doloroso como el que nos encontramos hoy.

Hace menos de dos meses presenté un presupuesto y un plan de cinco años al Ayuntamiento.

Ese presupuesto fue ambicioso: aumentar los fondos para el Distrito Escolar. Un nuevo programa de becas para el Community College of Philadelphia. Ampliar la limpieza de nuestras calles y pavimentarlas. Y mucho más.

Al mismo tiempo, ese presupuesto era fiscalmente prudente, sin aumentos de impuestos y con fondos reservados para prepararnos para una posible recesión económica.

Pero como todos saben, la tinta apenas se había secado cuando el impacto de COVID-19 golpeó a la ciudad, la nación y el mundo entero.

Y ahora — con el impacto del virus que requirió implementar la orden de permanencia en casa  y el cierre de negocios no esenciales, enfrentamos una recesión económica que igualará y probablemente superará lo peor de la Gran Recesión de 2008.

Entonces, incluso cuando nuestros departamentos operativos se apresuraron a responder al virus, ordené a nuestros Directores de Finanzas y Presupuesto que iniciaran nuevamente el proceso de revisar el presupuesto.

Desarrollaron un nuevo plan que aborda la desafortunada realidad económica que enfrentamos ahora.

Esta realidad incluye una disminución dramática en la recaudación de impuestos por el cese temporal de la actividad comercial y la caída resultante en los salarios.

En este momento, no hay garantía por parte del gobierno federal de que el dinero asignado por el Congreso pueda reemplazar los ingresos perdidos producto de esta crisis.

Enfrentamos una desaceleración de la actividad inmobiliaria y nuevas empresas, así como una erosión en la capacidad de las empresas existentes y de muchas personas para pagar impuestos.

Todo esto vendrá a medida de que aumentan los costos fijos, como la atención médica y los gastos de pensión — y aumenta la demanda de servicios de la Ciudad.

Y todo esto, a su vez, causará más estrés en el presupuesto.

Como resultado, ahora enfrentamos un déficit de $649 millones de dólares en el próximo año fiscal.

En 2009, después de la recesión, la Ciudad proyectó un déficit de $108 millones de dólares. Nuestra pérdida de ingresos actual es cinco veces mayor.

Lo he dicho muchas veces: tenemos prohibido legalmente tener un déficit como lo hacen en Washington.

Debemos tomar decisiones difíciles para cerrar esta gran brecha.

Y debido a los requisitos legales de nuestro ciclo presupuestario, debemos tomar esas decisiones ahora.

Entonces, hoy envié al Concejo Municipal un presupuesto que reduce los servicios de la Ciudad a los más esenciales, impone despidos a cientos de trabajadores y reduce o elimina algunos programas que simplemente ya no son asequibles.

Esto no es lo que quiero para nuestros residentes, y entiendo si esto los enoja a muchos de ustedes.

Francamente, yo también estoy enojado.

Pero después de que la ira se desvanece, debemos recordar exactamente a qué nos enfrentamos.

Lo que tenemos es una pandemia global y una catástrofe económica.

Debemos abordar ambos con decisiones audaces para que este gobierno opere dentro de sus posibilidades.

Al mismo tiempo, debemos continuar abordando otros desafíos, como la violencia armada, la pobreza y la epidemia de opioides.

Y debemos transformar nuestras prioridades para satisfacer mejor las necesidades de los habitantes de Filadelfia, particularmente de nuestros residentes más vulnerables, bajo esta nueva realidad.

Esperamos que al centrarnos en los servicios básicos y mantener la estabilidad fiscal, podamos recuperarnos lo más rápido posible.

Quiero que todos entiendan cómo se tomaron estas decisiones.

Nosotros no cortamos ciegamente los programas y servicios, o les dijimos a todos los departamentos que debían hacer el mismo nivel de recortes.

Hicimos esto de una manera reflexiva, deliberada y colaborativa.

Creamos este plan de gastos estableciendo prioridades claras: mantendremos a todos los habitantes de Filadelfia seguros, saludables y con educación mientras los servicios municipales centrales en los que nuestros residentes confían diariamente seguirán funcionando sin interrupción.

Nuestras prioridades se han guiado por tres principios:

Primero es aprender de nuestras experiencias de la Gran Recesión. Una de esas lecciones fue que los recortes de fondos para servicios esenciales como la seguridad pública tardan años en recuperarse. Otra lección aprendida fue que los habitantes de Filadelfia se preocupan profundamente por sus vecindarios.

El segundo principio es garantizar que estas decisiones fueron tomadas tomando en cuenta la equidad racial. 

Necesitábamos limitar intencionalmente el impacto de las interrupciones o cortes del servicio en las comunidades de color, que se ven desproporcionadamente afectadas por el virus y que ya han sufrido décadas de desigualdad sistémica.

El tercer principio es el compromiso para aprovechar los recursos federales, estatales y filantrópicos. Tenemos la intención de reducir nuestros propios gastos al asociarnos con otros para ayudar a financiar o prestar servicios.

Con esas prioridades claras y tomando en cuenta los principios rectores, desde hace semanas estamos en conversaciones para tomar decisiones realmente dolorosas sobre qué incluir y excluir de este plan de gastos.

El presupuesto que hemos enviado al Concejo Municipal propone que el gasto del Fondo General sea de $4.9 mil millones de dólares, que es una disminución de $341 millones sobre el presupuesto original de $5.2 mil millones de dólares.

Para nuestros gastos sustanciales en la respuesta al COVID-19, este presupuesto toma en cuenta los reembolsos federales que la Ciudad tiene una expectativa razonable de recibir.

Para maximizar los ingresos, retrasaremos las reducciones programadas en las tasas impositivas salariales para empresas y residentes hasta el año fiscal 2024, ahorrando casi $20 millones de dólares en el año fiscal 2021.

Y para minimizar la morosidad tributaria, aumentaremos nuestro alcance a los contribuyentes y ofreceremos cronogramas de pago asequibles para aquellos que tienen dificultades.

Desearía que solo esas acciones nos permitieran tener  un presupuesto equilibrado, pero no lo hacen.

Todavía necesitamos reducir los servicios, ser más eficientes y expandir las fuentes de ingresos.

Antes de detallarlos, primero quiero señalar qué servicios no enfrentan impactos significativos.

No habrá despidos policiales o de bomberos.

No habrá reducción en los servicios médicos de emergencia.

Todas las estaciones de bomberos permanecerán abiertas.

Todos los centros de salud permanecerán abiertos.

Todos los centros de recreación permanecerán abiertos.

Todas las bibliotecas permanecerán abiertas.

PHLPreK y las escuelas comunitarias se mantendrán con los niveles de financiamiento actuales. 

Usando fondos locales y federales, vamos a priorizar el mantener a los habitantes de Filadelfia en sus hogares, enfocándonos en reparaciones de sistemas básicos, evitando la ejecución hipotecaria y apoyando a nuestros residentes que rentan su vivienda. 

La recolección semanal de basura residencial y artículos de reciclaje continuarán, con algunos ajustes.

Con los servicios priorizados, nos proponemos ajustar nuestros gastos en otras áreas, adhiriéndonos a las prioridades y principios que mencioné anteriormente.

En estos tiempos de escasez, seremos administradores responsables de sus impuestos.

Esto significa que reduciremos las horas extras en todo el gobierno, incluso para los departamentos de policía y bomberos.

Retrasaremos y reduciremos nuestros planes para invertir en vehículos, tecnología y otros equipos, cosas que ayudan a nuestro gobierno a funcionar.

Reduciremos las horas y la programación en nuestras bibliotecas y centros de recreación.

Reduciremos nuestro apoyo a eventos especiales, organizaciones sin fines de lucro y las artes.

Reduciremos el uso del dinero de los impuestos locales para el desarrollo económico y laboral, para viviendas asequibles y para la prevención y asistencia para personas sin hogar. Esto es posible ya que se han aprobado fondos federales para apoyar esas áreas, incluida la asistencia directa a empresas, individuos y trabajadores desempleados.

También hemos identificado algunas formas de aumentar los ingresos, aunque con la economía casi completamente cerrada, hay opciones limitadas.

Por ejemplo, proponemos pequeños aumentos a ciertas licencias y permisos, y un aumento en el costo de la recolección de basura comercial.

Como mencioné anteriormente, pospondremos nuestros planes para reducir las tasas impositivas comerciales y las tasas impositivas salariales para los residentes de Filadelfia.

Buscaremos aumentos de tarifas para la parte del impuesto sobre salarios de no residentes y para el impuesto de estacionamiento.

Trabajaremos duro y de manera creativa para ser eficientes y ahorrar costos en todo el gobierno local, incluidas las mejoras de servicios a través de la tecnología.

Eliminaremos el 1% de descuento por el pago anticipado de impuestos inmobiliarios.

Y proponemos aumentar la tasa de la porción del Distrito Escolar en el Impuesto sobre Bienes Inmuebles.

Esto permitirá que el Distrito Escolar evite recortes draconianos que sabemos que retrasarán la educación de nuestros niños por años y afectará la prosperidad de nuestra ciudad en el futuro. 

Ahora, llego a lo que realmente es la parte más dolorosa de este presupuesto.

El mayor gasto individual para la Ciudad son los salarios y beneficios de los empleados.

Para reducir los costos laborales dentro del poder ejecutivo, hemos, como primer paso, congelado toda contratación de personal nuevo, excepto en posiciones críticas para combatir el COVID-19 y otras necesidades urgentes.

Hemos ordenado que los salarios de todos los empleados exentos que ganen más de $35,000 dólares anuales se reduzcan de forma escalada. Esto incluye mi propio salario.

Pero para alcanzar el nivel de reducción de costos que ahora es necesario, lamentablemente, eso no es suficiente.

No hay forma de endulzar esto. Tendremos que reducir el tamaño de la fuerza laboral de la Ciudad eliminando empleos y solo llenando las vacantes más críticas.

Para el 1 de junio, comenzaremos la primera fase de reducciones de personal en la rama ejecutiva eliminando cientos de puestos a través de despidos y no llenaremos las vacantes.

Esto incluye muchos puestos estacionales, temporales y de medio tiempo. Y a finales de agosto habrán despidos adicionales.

Para aquellos que se ven directamente afectados por esta reducción de la fuerza laboral, les prometo que ofreceremos recursos y apoyo para ayudarlos a superar esto.

Quiero agradecer a los funcionarios locales electos y a los líderes de las oficinas independientes de la Ciudad que entendieron la magnitud de los desafíos fiscales que enfrentamos, y en especial, a los que propusieron reducciones a sus presupuestos en este momento.

No sabemos cuándo terminará la crisis, pero sí sé que estamos haciendo todo lo que está a nuestro alcance para salvar vidas y reiniciar la economía de manera segura.

Al tomar las decisiones difíciles ahora, podemos mantener nuestro compromiso de ayudar a todos los habitantes de Filadelfia a alcanzar su potencial.

Las semanas, meses y años venideros serán difíciles y el mundo al que volvamos será diferente.

Sin embargo, sé que el espíritu y la determinación de Filadelfia nos ayudarán a superar este desafío trascendental. Juntos reconstruiremos una ciudad más sana, segura y fuerte.

Como dije en mi Carta a los habitantes de Filadelfia el mes pasado, nos queda mucho tiempo antes de que la crisis se alivie. Antes de reclamar nuestras vidas.

Pero creo que este presupuesto es un mapa para llegar a ese punto.

Al igual que tú, anhelo el día en que todas estas restricciones sean cosa del pasado.

Cuando desaparezca la amenaza de este virus insidioso.

Cuando lleguemos a ese día, nos detendremos y recordaremos el sacrificio, la pérdida, el dolor de este tiempo.

Nos daremos cuenta de que el silencio que ahora impregna nuestras calles no fue, de ninguna manera, una señal de derrota.

Más bien, fue la abundante evidencia de nuestra resistencia.

Cuando llegue ese día, veremos a nuestros niños irse a la escuela, jugar en las aceras e incluso compartir bocadillos y abrazos.

Y sabremos que cuando más importaba, avanzamos, nos cuidamos, hicimos lo correcto y aguantamos.

¡Gracias!

 

###